El problema en la pizarra

La mayoría de las veces nos toca salir a la pizarra a resolver un problema, y una vez allí nos encontramos solos, obcecados en resolver el problema. La solución suele ser fácil, solo hay que observar y pensar, conocemos la solución -en parte-, en cualquier otro ámbito ese problema nos lo habríamos merendado, pero esta vez estamos en la pizarra y eso implica algo mas. En realidad estas demasiado cerca para ver el problema completo, por lo tanto, es difícil encontrar una solución para todo.
Lo único que tendrías que hacer es dar unos pasos para atrás y ver todo el problema en su conjunto, pero aveces es tan complicado... y todo por estar tan cerca, se te nubla la mente, los nervios te invaden, crees que lo que estas haciendo esta bien, y en realidad lo estas empeorando por momentos.
La cosa es que muchas veces sabemos que no esta funcionando, algo falla, tu lo sientes, pero intentas evitar esa idea, ya que estas ahí no vas a dejarlo a medias, y se toma la decisión del capitán de barco, si se hunde, me hundo yo también. Continuando por inercia, mas que por convicción y sentimiento lo que has empezado, y al final pasa lo que tiene que pasar, un 0 en el ejercicio y a coger el borrador para empezar de nuevo.
Ampliar la visión panorámica suele ser una de las soluciones más rápidas y eficaces, por que cuando se alcanza a ver todo el problema es cuando de verdad sabes que esta pasando y cual es la respuesta. Eso si, hay que alejarse sin perder detalle, por que si te alejas demasiado, ves mucho pero distingues poco.